El espinoso camino para hacer reformas entre la grieta y las internas

A medida que se acercan las elecciones presidenciales, los candidatos comienzan a mostrar migajas del programa de gobierno que pretenden llevar a cabo, as como la modalidad sobre la cual se relacionarn con los diferentes actores polticos, muchos de ellos, con capacidad de veto. El discurso de todos parte de la base de una Argentina diezmada por la falta de polticas de mediano y largo plazo en un sinfn de reas, las cules deben realizarse las reconfiguraciones necesarias para asentar un modelo de pas sostenible, con crecimiento y desarrollo para sus habitantes.
Sin embargo, es bien conocida la dificultad que implica construir ese sendero: el hartazgo social y el reclamo por resultados concretos y materiales por parte del electorado no son compatibles con la demarcacin de un proceso de prosperidad sostenido, que durante aos no fue materializado por la poltica.
Un elemento central que deber ser analizado en la campaa es cmo los candidatos enuncian sus pretensiones de colaborar con los actores sociales y polticos al momento de asumir y buscar realizar las reformas necesarias, nada ms y nada menos que ‘hacer poltica’. Al respecto se divisan dos modelos contrapuestos representados por dos dirigentes polticos que mantienen altos niveles de competitividad en los estudios de opinin pblica.
Por un lado, el presidenciable libertario Javier Milei explic en innumerables ocasiones que en caso de asumir buscar realizar modificaciones de alto impacto como la dolarizacin, implementando todas ellas por Decreto, si fuera necesario, debido a que su fuerza poltica no contar con las bancas suficientes para imponer reformas por la va legislativa, dado que las proyecciones ms optimistas le otorgan al espacio de ultraderecha un aproximado de 15 diputados para la prxima renovacin. La rigidez programtica caracterstica de Milei augura una gestin de gobierno plagada de bloqueos para la consecucin de sus polticas.
El politlogo George Tsebelis referencia esta cuestin al escribir sobre los actores de veto, tanto institucionales y partidarios. A la hora de llevar a cabo una reforma, un mayor nmero de veto players implica mayores costos en trminos de negociaciones polticas previas a la implementacin de dicha reforma, reducindose de esta manera la probabilidad de hacerla efectiva o lo que es lo mismo, aumentndole la estabilidad de polticas.
Son numerosos los mbitos en los que actualmente se mantienen legislaciones anticuadas, incongruentes con el clima de poca como de las polticas aplicadas en otros pases. A tal nivel de disfuncionalidad ha llegado que cada vez son mayores las declaraciones de emergencia o modificaciones temporales que se aprueban en el Congreso, un parche a la dificultad que reviste el consenso de polticas integrales, las cuales precisan de una discusin de mayor complejidad y con menor contenido dogmtico y moralista, dos componentes que caracterizan al debate actual.
Tras un incmodo viraje hacia posiciones ms duras y diversos sondeos cualitativos que indicaron lo forzado de esta posicin, Horacio Rodrguez Larreta volvi a hacer un llamamiento a posiciones dialoguistas, en contraposicin a aquellos dirigentes que se benefician con la polarizacin, a quienes catalog como “estafadores”. Segn se desprende de declaraciones recientes, su propuesta es la de un acuerdo amplio, que permita establecer polticas de largo plazo con un 70% de las fuerzas polticas dispuestas al consenso.
Diferente de la forma en la que Javier Milei busca construir e implementar sus polticas pblicas, las pretensiones del Jefe de Gobierno porteo revisten de flaquezas. Dada la cantidad de reformas necesarias, cundo y cmo ser el mbito en el que se debatirn estas propuestas? Cules son las polticas que se buscarn implementar los primeros das de la Presidencia? Qu aspectos en comn pueden acordar las mismas facciones de Juntos por el Cambio, quienes mantienen marcadas discrepancias en trminos de poltica econmica, seguridad y previsional?
Al margen de los vetos anteriormente nombrados, aunque menos severos en trminos de lo propuesto por Tsebelis, el tono del discurso poltico en la actualidad es el clivaje que ms imposibilita a Rodrguez Larreta a responder parte de estas preguntas. Quienes ganaron los ltimos dos comicios presidenciales apostaron al centro ideolgico posicional -una promesa de moderacin- para alzarse con el triunfo. A pesar de ello, la perpetuacin de un mbito polarizante y la carencia de resultados, son factores que determinaron el crecimiento de posiciones anti status-quo como la que encarna la derecha libertaria.
El corrimiento de la curva de preferencias ocurre tanto a nivel general como en la propia coalicin opositora, lo que condiciona an ms el margen para proponer, acordar e implementar polticas pragmticas. Al respecto Jos Natanson remarca en El Dipl la tarea titnica que implica un desmarque de la grieta, dado que este componente no es una creacin artificial de un grupo de dirigentes sino una realidad social concreta, una suerte de la ley de gravedad de la poltica contempornea.
As, la realidad poltica implica de alguna manera u otra a dialogar con el otro, ceder posiciones y, sobre todo, enfrentarse a los propios. El matiz que busquen impregnarle a una eventual gestin de gobierno -pragmatismo o radicalizacin- impactar en que coalicin de gobierno pueda ser ms exitosa en la toma de decisiones, en principio, internamente. Hacia el afuera, un mensaje valorativo del consenso debe poder ser una herramienta que permita establecer polticas con mayor sustento, ms horizontales y por lo tanto, ms perdurables y benficas en el tiempo.