
La justicia frenó la licitación de Larreta que iguala a personas en situación de calle con residuos, por «discriminación»
La jueza Patricia López Vergara dio la razón de forma provisoria a las organizaciones de cartoneros al considerar que la “semántica y la estructura gramatical” utilizada por el Gobierno de la Ciudad en los pliegos “podrían configurar categorías sospechosas de discriminación”.
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, encabezado por Horacio Rodríguez Larreta, se ha visto envuelto en una gran polémica debido a la inclusión de las personas en situación de calle y los cartoneros en la lista destinada al relevamiento de la higiene de las calles porteñas.
El Frente de Todos (FdT CABA) ha cuestionado la medida y ha acusado a Larreta de discriminar a estas personas al considerarlas en la misma categoría que los residuos, lo que ha generado un gran malestar en la sociedad.

Quizás alguien debería avisarle al Gobernador de la Ciudad de Buenos Aires que los indigentes entran y salen de los tachos de basura para buscar comida, y que no son BASURAS.
La jueza Patricia López Vergara ha dictado una medida precautelar para frenar la licitación del Gobierno de la Ciudad, considerando que la “semántica y la estructura gramatical” utilizada en los pliegos podrían configurar categorías sospechosas de discriminación.
El relevamiento en cuestión incluye objetos a los cuales el gobierno los califica como “susceptibles de producir contaminación visual», lo que ha generado aún más controversia debido a que se incluye a las personas en situación de calle y los cartoneros en la misma lista que los residuos.
Ahora, la Justicia porteña deberá determinar si ordena derogar la medida de forma definitiva o autoriza al gobierno de Larreta a implementar la licitación, que supera los 1500 millones de pesos.
El diputado Matías Barroetaveña ha presentado un pedido de informe para conocer cuál es el objetivo que persigue esta licitación, mientras que las organizaciones del sector esperan que se les dé la oportunidad de participar en el diseño de políticas públicas que respeten sus derechos y necesidades.
La polémica ha puesto en tela de juicio la forma en que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires trata a las personas en situación de calle y los cartoneros, y ha generado un debate en la sociedad sobre la necesidad de adoptar políticas públicas que promuevan la inclusión y el respeto a los derechos de todas las personas.
Comenta el Dr. e Ing. Emilio Raiden, que el relevamiento encargado por el GCBA a cargo de Larreta es claramente discriminatorio por el hecho de incluir a los cartoneros o “recuperadores urbanos” como objetos susceptibles de producir contaminación visual. Dicha expresión es cruel por su claridad, que denota lo que significan este grupo de personas para el gobierno: un contaminante, algo negativo, algo que debe reducirse o eliminarse… ya que para eso están encargando el relevamiento (ya que relevar, sólo por el hecho de relevar sería innecesario, salvo que se trate de un contrato con alguna empresa amiga…)
Comparar a personas con objetos, ya es un desatino humano y jurídico, ya que en todo el ordenamiento legal se diferencian bien los conceptos cuando se tratan sobre “las personas” o sobre “las cosas” (ejemplos sobran en la constitución nacional, código penal, código civil, etc.). En este caso, agregando el estigma de comparar seres humanos a escombros, basura o restos de poda, lo hace aún peor.
La Ciudad de Buenos Aires (a través de su gobierno), ni ningún distrito, puede aplicar “derecho de admisión y permanencia” por cuestiones estéticas. Si se sigue en esa línea, ¿acaso la policía irá a “sacar a los linyeras”? O simplementen si una persona no pasa determinado standard de belleza, se le pedirá que se retire? Instalarán una línea tipo 147 para denunciar la presencia de feos? Ciertamente todo esto parece ridículo, y justamente por esta vía del ridículo es que debe analizarse lo ridículo que es, además de agraviante, englobar personas y cosas en una misma categoría.
Tampoco está claro cómo en este relevamiento determinan si una persona es, lo que comunmente se conoce como “cartonero”… Lo harán si tiene un carro con cartones? ¿Es condición necesaria y suficiente eso? ¿Si no lo tiene, pero está revolviendo basara y separando cosas que pueda aprovechar?
Además, la ciudad ya ha “legalizado y formalizado” a lo cartoneros. Les cambiaron el nombre a “recuperadores urbanos” nada más, les asignan zonas, puntos de encuentro y eso si, les dan un chaleco reflectivo para que se vean más. Hace falta incluirlos en el relevamiento? Si ya conocen los lugares de convergencia de estas personas.
Párrafo aparte es la observación que, desde hace más de 20 años que se intensificó la presencia y actividad de revolver contenedores de basura (ahora, antes eran las bolsas en la vereda) y parece que a la política no le interesa eliminar esta situación problemática y disvaliosa. Ya que si lo que se busca es el reciclaje, corresponde trasladar toda la basura a un centro de reciclaje y ahí, en condiciones de higiene y seguridad super controladas, proceder a su separación. Ya no les interesa la vulnerabilidad de estas personas y lo han normalizado. La crisis en buenos aires empezó en 2001… y parece que nunca se fue.
Como broche de oro, nos queda el análisis del monto de la licitación 1500 millones de pesos.
Considerando la cantidad y longitud de cuadras de la ciudad, esto implica un costo de 35.000 pesos por cuadra (ambas veredas) de relevamiento. Siendo que la tarea es sistematizada y el relevamiento bastante sencillo (no más que algunas fotos con la referencia de ubicación)… y que una persona puede relevar muchas cuadras por día… resulta claramente una cifra inflada por donde se la mire. Imagínese que una persona releva 20 cuadras por día serían 700.000 pesos, más de lo que gana el 95% de la población argentina.
Haciendo números, nunca dejamos de sorprendernos con los sobreprecios en las contrataciones públicas.



